GRAMÁTICA, «EXCEPCIÓN», NORMA Y USO: A PROPÓSITO DE LA CONSTRUCCIÓN MÁS MAYOR. ASPECTOS SINCRÓNICOS Y DIACRÓNICOS (I)
Abstract
El adjetivo mayor comparte con menor, mejor y peor una triple excepcionalidad: su formación irregular en latín (por supleción), su supervivencia en romance y su valor comparativo en un estado de lengua en el que, salvo en su caso, la comparación se expresa mediante construcción sintáctica analítica (más ... que; menos ... que; tan[to] ... como, igual de ... que). Puesto que mayor está clasificado como adjetivo comparativo de grande con la ayuda del latín, los diccionarios de español y sus etimologías, el juicio normativo censura la construcción más mayor (comparación redundantemente comparada de grande), sin tener en cuenta el significado temporal de la expresión (edad, paso del tiempo y sus efectos), con el que se generaliza en España y se conoce (y se usa en parte) en Hispanoamérica. Con tal significado, mayor puede, en el uso discursivo actual, funcionar como adjetivo positivo (de carácter gradativo y acumulativo) y, como tal, crear superlativos (mayorcísimo, muy mayor) y formar parte de estructuras comparativas como más mayor. La amnistía normativa oficial que el Diccionario panhispánico de dudas concede, inesperadamente, en 2005 a la construcción añade a su excepcionalidad gramatical (y semántica) una excepcionalidad más: la de su reconocimiento como adjetivo positivo (lexicalizado).